25/6/15

Limitados

Estreno blog, el primero desde 2008, y por no marear la perdiz con presentaciones y demás, voy directo al tema, que sirva de paso como declaración de intenciones.

El tema por antonomasia, el tema del momento, el tema del último momento en que hubo un tema del momento y el tema del momento del momento en que vuelva a ser tema del momento: los límites del humor. Los llamamos los límites del humor como llamamos "dios" a la idea de que existe un fascista cósmico, pero ninguna de las dos cosas existe. Bien sabido es que hay gente empeñada en convencernos de que existe un dios e incluso en imponer esa idea, pues bien, hay otra gente, el mismo tipo de gente, que pretende convencernos de que los límites del humor existen y nos exige respetar esas barreras imaginarias que ellos mismos han creado.

El tema es viejo, no nos creamos especiales por tener Twitter y decir burradas con nuestro megáfono virtual, siempre se ha detenido a la gente por delitos de opinión, de pensamiento en definitiva, y es que hay sectores de la sociedad que creen que pensar de forma crítica debería ser delito.

No voy a entrar a valorar la hipocresía despampanante de la derecha, que rebusca en nuestras cuentas mientras sigue negándonos a nosotros el derecho a buscar en sus cunetas, ni tampoco en el oportunismo repugnante ni el victimismo exacerbado que está haciendo que sintamos, a ratos rabia, a ratos vergüenza ajena. De hecho, mientras escribo estas líneas me estoy planteando qué puedo decir que aporte algo al debate, y me doy cuenta de que es un debate estéril. No porque no haya nada que decir, más bien porque el interlocutor no quiere escuchar.

Saben que sus argumentos no son válidos, saben que los primeros en mostrar desprecio (y no en broma) por la víctimas de cualquier agresión son ellos, qué coño, ellos son los responsables de la mayor parte de las agresiones, y no me refiero al poder, al estado, al gobierno, no, qué va, me refiero a toda la derecha y parte de la izquierda más pánfila, que sirven de cómplices a los linchamientos públicos programados por los intereses de los de siempre. Dimitir por un chiste que ni siquiera es tuyo... Así se fracasa de buen principio. Enhorabuena, de verdad.

Pero el tema no es Guillermo Zapata tampoco, porque no es el primero ni va a ser el último en ceder ante el chantaje de la derecha. ¿Cuál es el tema?, me pregunto, y me doy cuenta de que no lo sé, no tengo ni idea de qué diantres le pasa al mundo, estamos rodeados de gente deseosa de ser esclava de quién sea y tampoco lo entiendo, veo que los "líderes de opinión" son los primeros en criminalizar la opinión de los demás, compruebo una vez más que los sicarios de los que pretenden ejercer control sobre nuestro pensamiento les siguen dando coba y atacando cualquier atisbo de libre expresión, intentando ejercer censura a pie de calle. No entiendo nada.

Lo único que creo es que los límites de cualquier tipo de expresión, sea del tipo que sea, están en nuestra mente, los límites que cada uno decide poner están casualmente en los límites de su inteligencia. Esto es desolador porque, si le damos dos vueltas y vemos quién pretende (y en muchos casos consigue) limitarnos son los mismos que nos gobiernan. La conclusión inevitable es que estamos gobernados por estúpidos. Estúpidos con mucho poder.

No debemos ceder ante las presiones, los castigos, las censuras, las denuncias ni los ataques. Debemos mantenernos firmes, no sólo en nuestra opinión, sino en preservar el derecho de los demás a tener, exponer y defender la suya propia, por muy alejada que esté de la nuestra. No olvidemos jamás que los límites no existen, por más que pinten líneas rojas es nuestra obligación saltárnoslas, porque del mismo modo que la libertad es algo abstacto, los límites que pretenden ponerle también lo son, no debemos escondernos, seamos sinceros, seamos libres. Todo lo que nos van a poder hacer es detenernos, encarcelarnos, torturarnos o asesinarnos pero, al fin y al cabo, ¿quién quiere vivir en un mundo sin libertad?

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